viernes, 14 de diciembre de 2012

Nos visita la hermana de Jorge.

Esta "muñequita" tan simpática, es Anahí.

1 comentario:

  1. Aquí os dejo una de las versiones de su leyenda: (copiado de wikipedia)

    Había en la tribu Guayaquí una niña que amaba su tierra natal al extremo de recorrer sola los bosques conversando con las aves, con las flores, con los animales que poblaban el bosque. Era conocida por la dulzura de su voz que de continuo entonaba los cánticos propios de su raza. Cuando ella cantaba, hasta el río rumoroso parecía callar para escucharla.
    Flores de ceibo .

    Un día, por el río llegaron los conquistadores, con sus armas y sus caballos. La tribu de Anahí decidió defender la tierra nativa superando el terror que los embargaba ante aquellos seres desconocidos. Pelearon durante varios días y semanas enteras. Pero iban siendo echados poco a poco de sus bosques, de sus ríos, de sus sierras. Anahí, pese a su juventud luchaba como los más valientes. Su voz ya no cantaba más, gritaba la venganza y la guerra y animaba a los hombres y mujeres de la tribu. Pero un día cayó prisionera. Llevada al campamento español, logró en la noche zafar sus ligaduras y golpeando a un centinela ganó nuevamente el bosque, con tan poca suerte que volvió a caer en manos de sus captores. El soldado herido por Anahí murió. Sospechada de bruja, porque nadie podía admitir que con aquel pequeño cuerpo y con su juventud pudiera haber dado muerte de un golpe al soldado, y atribuyéndole ayuda diabólica, fue condenada a morir en la hoguera.

    Atada al palo de la ejecución y prendido el fuego de los leños, las llamas comenzaron a abrazarla. Pero Anahí, en medio de las llamas, en vez de gemir comenzó a cantar una canción en la que pedía a su Dios por su tierra, por su tribu, por sus bosques y por sus ríos. Su voz se elevó al cielo, y al nacer el día, el cuerpo de Anahí se había convertido en un robusto tronco de un árbol hermoso del que pendían racimos de rojas flores, tan rojas como las llamas que habían consumido a Anahí, y que se mostraba en todo su esplendor, como símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.

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