Los colores visitan la huerta, y se sorprenden al ver como ha crecido todo.
Mediante la observación directa de las plantas, día a día van aprendiendo a diferenciarlas, seguro que cuando comiencen a dar sus frutos ya las tienen controladitas.
La verdad es que está muy bonita.
Los animales de la granja están muy contentos, enseñando sus casas nuevas a las visitas.
¡Aláááááá! No sabía que la huerta era tan grande, ¡qué pasada, y qué curro!
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